Invertir en salud es invertir en productividad

La salud de las personas está estrechamente vinculada con su productividad. El poseer buena salud es el principal factor en la reducción del ausentismo laboral, además de generar una mayor y mejor disposición para la realización de tareas.

No es casual que en los países desarrollados la producción per cápita haya ido en aumento a un ritmo mucho más acelerado de lo esperado debido a la educación y en especial a la calidad de vida que tienen las personas cuyo impacto se ve reflejado en una mayor capacidad productiva. Por el contrario, la falta de salud afecta directamente la fuerza de trabajo y tiene profundas repercusiones en la economía. El ausentismo está calificado como uno de los principales problemas laborales y ocasiona la pérdida de trabajadores como unidades económicas, bien por muerte prematura o reducción del tiempo y la capacidad de trabajo.

Además de la salud, la seguridad de los trabajadores es un elemento fundamental para asegurar la productividad, sostenibilidad y el desarrollo. Los datos de la OIT registran que la región de las Américas tiene 11,1 accidentes mortales por cada 100.000 trabajadores. Para contrarrestar éstos registros es necesario contar con un marco normativo adecuado, que cuente con programas de salud, políticas nacionales y seguridad en el trabajo.

“De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los trabajadores ocupan casi la mitad de la población global y los costos directos del tiempo de trabajo perdido por causa de las enfermedades laborales y los accidentes de trabajo registrados, equivale al 4% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial”.

La salud, el bienestar y la seguridad son los 3 pilares fundamentales que sustentan un entorno de trabajo donde los empleados puedan sentirse motivados y satisfechos. Hay varios factores ambientales que afectan la salud de los trabajadores, su productividad y su bienestar personal.

Invertir en salud es invertir en productividad

A continuación explicaremos los beneficios de cada uno de estos factores.

  • Luz natural e iluminación: la exposición a la luz natural ayuda a regular el reloj biológico y a conciliar el sueño. Las personas que gozan de este beneficio, suelen ser personas que tienen altos rendimiento laboral y buen humor, lo cual genera un ambiente de trabajo cordial.

  • Aspecto visual: sentirse cómodo en el área de trabajo sin dudas es algo gratificante para cualquier trabajador. Los aspectos visuales generan un gran impacto en las personas, éste puede ser positivo o negativo. No solo hablamos de limpieza y orden, sino también de un ambiente de trabajo seguro y saludable.

  • Ruido: promueve la desconcentración y genera ansiedad, lo cual es un factor negativo a la hora de producir.

  • Diseño activo: el diseño promueve la creatividad e interrelaciones entre los trabajadores. Los colores y las texturas generan una sensación de relax en las personas.

  • Calidad del interior: nos ayuda a nuestro bienestar tanto físico como mental, fomentando la funcionalidad.

  • Distribución del interior: convivir en un espacio con buena distribución hace que las personas generen nuevos espacios y se vuelven más creativas.

  • Hacer ejercicio: para ser una persona saludable es necesario realizar deporte a diario. En el ambiente laboral, el ejercicio reduce el estrés, mejora las relaciones entre compañeros, aumentando la confianza y la salud a nivel grupal.

  • Servicios y ubicación: disponer de servicios como transporte público y buenos accesos son factores que influyen en el bienestar y el confort de las personas.

  • Biofilia: es nuestro sentido de conexión con la naturaleza. Generar espacios verdes aumenta nuestra creatividad y genera una sensación de armonía.

Es primordial reconocer cuales son los factores ambientales y cómo llevarlos a cabo para que puedan tener una repercusión positiva dentro de la empresa.

Al hablar de productividad, no podemos dejar de mencionar la llegada del COVID-19 como un evento que ha cambiado significativamente nuestra forma de vivir y de trabajar. Hemos visto como la tasa de desocupación en la región ha alcanzado el 14 por ciento en los últimos dos años, lo que equivale a 28,8 millones de empleos según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Hemos dejado de ir a la oficina todos los días para dar paso al teletrabajo saliendo de nuestra zona de confort y desafiando nuestras capacidades, para luego de más de dos años de pandemia regresar a la oficina, obligándonos a cambiar una vez más y exponiendo nuevamente nuestra zona de comodidad. Nos vimos obligados a cambiar, pensar de forma diferente, contribuir a la gestión, promoción y prevención de los riesgos laborales utilizando la experiencia vivida y aprendiendo de los errores cometidos para garantizar un mejor futuro para las empresas, la sociedad y la economía latinoamericana.

La crisis sanitaria parece estar dando tregua, aunque las repercusiones socioeconómicas y psicológicas están empezando a visualizarse. La OIT ha disminuido sus previsiones para la recuperación del mercado laboral en 2022 respecto al cuarto trimestre del 2019 proyectando un déficit en horas trabajadas a nivel mundial equivalente a 52 millones de puestos de trabajo de tiempo completo.

Próximos pasos

Para lograr mayor productividad es necesario contar con una buena planificación que nos dé la posibilidad de obtener pronósticos económicos que junto a evaluaciones de desempeño son la llave para alcanzar un plan seguro de las estrategias de mercado. Contáctese con nuestro equipo especializado de investigadores quienes a través de In-Scope, nuestro servicio de investigación de mercado a medida, lo ayudarán a obtener los datos necesarios para entender el mercado actual y las oportunidades de crecimiento del sector.

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