Barreras para la adopción de la telemedicina en Latinoamérica tras la pandemia de Covid-19 (Parte 1)
Por Daniela Chueke
La pandemia alentó la rápida adopción de la telemedicina dejando de lado o superando varios de los desafíos que implica la implementación de las soluciones de atención remota de pacientes. Si la pandemia fue el gran impulsor para la adopción de la telemedicina y la telesalud, todavía quedan varias barreras que los sistemas de salud deben abordar; sin embargo, los administradores de atención médica pueden confiar en la modalidad, ya que la evidencia muestra en gran medida que es segura, eficaz y ampliamente aceptada.
Este artículo ofrece un panorama general que permite actualizar el desarrollo de la telemedicina con posterioridad a la pandemia de Covid en Brasil, Chile, México y Colombia, cuatro de los países que más avances hicieron en el campo de la telemedicina y la telesalud en Latinoamérica, identificando cuáles fueron las barreras que todavía persisten para su integración completa al sistema de salud.
Avances de los países latinoamericanos desde Covid-19
Brasil implementó programas de telemedicina en diferentes áreas de la salud, incluyendo la atención primaria y la especializada. La telesalud se ha utilizado para mejorar el acceso a la atención médica en áreas rurales y remotas, así como en comunidades indígenas. Además, el país cuenta con una legislación específica para regular la telemedicina.
Chile cuenta con numerosos programas y plataformas de telemedicina y telesalud, especialmente en áreas rurales y remotas. El país promovió la implementación de tecnologías de información y comunicación en la atención médica, como la teleconsulta y el telemonitoreo, a través de programas gubernamentales como “Salud Conectada” y “Telesalud”.
México impulsó el uso de la telemedicina y la telesalud como parte de su estrategia para mejorar la atención médica y la accesibilidad. El país puso en marcha programas como “Médico en tu casa”, que utiliza la telemedicina para brindar atención médica a personas que tienen dificultades para acceder a servicios de salud tradicionales.
Colombia antes de la pandemia contaba con la normatividad para la atención por telemedicina, pero fue durante la emergencia que la disciplina se consolidó con más de 127 millones de atenciones entre teleorientaciones y teleconsultas, de acuerdo con datos publicados en la página web del ministerio de salud en Colombia, los que muestran el incremento del uso de esta modalidad de telemedicina en respuesta a los efectos de COVID-19. Asimismo, Colombia desarrolló políticas y regulaciones para fomentar la telemedicina y la telesalud. El país implementó programas como “Mi Doctor”, que brinda consultas médicas virtuales a través de aplicaciones móviles.
Barreras existentes
Si bien se realizaron grandes avances en facilitar la infraestructura y las oportunidades para la adopción de la telemedicina y la telesalud en Latinoamérica, todavía las barreras originales continúan frenando el potencial completo que podría alcanzar la telemedicina en la región. Estas son:
Infraestructura de conectividad limitada
La disponibilidad de una conexión a Internet estable y rápida es fundamental para llevar a cabo consultas médicas virtuales y transmitir datos médicos. La falta de infraestructura de conectividad confiable y de calidad en algunas áreas rurales o remotas puede dificultar el acceso a servicios de telemedicina. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (IDB), titulado “Conectividad Rural en América Latina y el Caribe – Un puente al desarrollo sostenible en tiempos de pandemia”, detectó en 2020 que al menos 77 millones de personas no tienen acceso a internet de calidad en áreas rurales. En tanto que un 71% de la población urbana de América Latina y el Caribe cuenta con opciones de conectividad, ante menos de un 37% en la ruralidad, una brecha de 34 puntos porcentuales que mina un inmenso potencial social, económico y productivo. En total, un 32% de la población de América Latina y el Caribe, o 244 millones de personas, no accede a servicios de internet. La brecha en materia de conectividad es más acentuada si se distingue entre población urbana y rural, llegando en algunos casos a una diferencia de 40 puntos porcentuales. Del total de personas sin acceso a internet en la región, 46 millones viven en territorios rurales.
Brecha digital y acceso desigual a la tecnología
Además de la brecha de conectividad, la desigualdad entre poblaciones vulnerables y poblaciones acomodadas en Latinoamérica se observa en la brecha digital tanto en materia de herramientas tecnológicas como de conocimientos. Este factor puede ser un desafío para la adopción generalizada de la telemedicina. Con países que tienen altas tasas de pobreza en su población, el acceso a dispositivos tecnológicos como teléfonos inteligentes, computadoras o tabletas, resulta limitado, lo que condiciona su capacidad para participar en consultas virtuales. Además, algunos grupos poblacionales, como las personas mayores o de bajos recursos, pueden tener dificultades para adaptarse al uso de las nuevas tecnologías.
Resistencia al cambio y preferencia por la atención médica tradicional
Algunas personas pueden tener una preferencia arraigada por la atención médica tradicional, en la que se realiza una visita física al consultorio médico. La falta de conciencia sobre los beneficios de la telemedicina y la telesalud, así como la falta de confianza en la calidad de la atención virtual, pueden ser barreras para su adopción.
Privacidad y seguridad de los datos
La preocupación por la privacidad y seguridad de los datos médicos es un tema importante en cualquier contexto de atención médica, incluida la telemedicina. La falta de confianza en la protección de la información personal y médica puede ser un obstáculo para que las personas compartan sus datos a través de plataformas de telemedicina.
Reembolso y modelo de pago
En algunos países de Latinoamérica, los sistemas de salud y los seguros médicos pueden no estar adaptados para cubrir o reembolsar adecuadamente los servicios de telemedicina. La falta de un modelo de pago claro y una estructura de reembolso pueden disuadir a los proveedores de servicios de salud de adoptar la telemedicina como una práctica común.
En la próxima parte de este artículo, se analizarán si las barreras mencionadas han sido superadas y algunas de las estrategias que se pueden aplicar para una implementación efectiva de la telemedicina y telesalud en América Latina.